jueves, 20 de julio de 2023

Jn 19,9

 Entró de nuevo en la residencia y preguntó a Jesús: <<¿De dónde procedes tú?>>. Pero Jesús no le dio respuesta.

Pilato vuelve a entrar en la residencia llevándose a Jesús con él. Quiere escapar al ambiente de fuera, donde reina la pasión y el odio, expresados en los gritos de muerte sin justificación alguna. Fuera, Jesús no pronuncia palabra; la mala fe de sus enemigos impide todo diálogo. Dentro, por el contrario, ha respondido a Pilato sobre el sentido de su realeza (18,33-38a) y sigue dispuesto a dialogar con él. 

Pilato está ahora dominado por el miedo (19,8). La acusación de los Judíos contra Jesús: se ha hecho hijo de Dios, lo intranquiliza. La pregunta que le hace recuerda otros pasajes del evangelio (7,27: éste sabemos de dónde procede, mientras, cuando llegue el Mesías, nadie sabrá de dónde procede; 8,14: vosotros no sabéis de dónde vengo ni adónde me marcho; 9,29: ése ... no sabemos de dónde procede). Pilato pide a Jesús que declare cuál es su origen; dado el motivo de su temor, si su origen es humano o divino.

Jesús no le contesta. Para hacer justicia debe bastarle que Jesús sea un hombre, como él mismo ha proclamado (19,5). Jesús no se aprovecha del miedo de Pilato para forzarlo a darle la libertad. El juez tiene datos más que suficientes para dar sentencia. Además, el origen de Jesús sólo se descubre a través de sus obras (5,36; 10,25.38; 14,11). Ante los dirigentes judíos, Jesús se había negado a dar explicaciones sobre su persona (10,24: Si eres tú el Mesías, dínoslo abiertamente), remitiéndose a su actividad (10,25). Tampoco las da ahora a Pilato. Éste le había preguntado: ¿Qué has hecho? (18,35), y en su respuesta le había explicado Jesús que su realeza rechaza el uso de la fuerza y que su misión consiste en dar testimonio de la verdad. Ya tiene elementos de juicio.

Una alusión a su origen divino (cf. 7,28s; 8,19; 10,30.36) podría inclinar la balanza a su favor. Jesús no la hace; la decisión de Pilato ha de referirse al hombre, pues la opción ante éste es la opción ante Dios (5,27; 15,23 Lects.).

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Jn 21,24-25

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