<<Si pertenecierais al mundo, el mundo os querría como a cosa suya>>.
El favor o la desgracia ante <<el mundo>> depende de la aceptación o no de sus valores. <<El mundo>> exige que los individuos se integren en él, acomodándose a sus principios (cf. 5,43) y no dándose por enterados de su injusticia. Da muestras de amistad a los que se ponen de su parte. No se olvide que <<el mundo>> es, para Jesús, radicalmente injusto y el enemigo mortal del hombre (8,44: homicida, cf. Lect.). Gozar de su favor significa haber manifestado de algún modo el propio acuerdo con su modo de obrar perverso (cf. 7,7).
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