<<si han vigilado mi mensaje, también el vuestro lo vigilarán>>.
La actitud de los partidarios del sistema ante Jesús y los suyos es de sospecha continua. El mensaje que ellos proponen los irrita y los alarma. Por ser absolutamente radical y cristalizar en un grupo cuya existencia demuestra la posibilidad de la alternativa, les resulta intolerable. No sólo hay persecución declarada, sino también recelo y presión incesantes. El fruto suscita el odio, como con Jesús (11,47s: ese hombre realiza muchas señales. Si lo dejamos seguir así, todos van a darle su adhesión; 12,10s: Los sumos sacerdotes, por su parte, acordaron matar también a Lázaro, porque debido a él muchos de aquellos judíos se marchaban y daban su adhesión a Jesús). Temen perder sus adeptos.
El mensaje es ya de los discípulos (vuestro mensaje). Es el mismo de Jesús, pero interiorizado, asimilado, hecho vida propia. Expone, ante todo, la experiencia de la nueva comunidad. La frase subraya la autonomía que Jesús les concede en la misión (15,16: para que vuestro fruto dure), fundada en la amistad con él (15,15).
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