<<por último, que se ha dado sentencia, y la prueba es que el jefe del orden este está ya condenado>>.
Ahora que el orden injusto va a considerarse más seguro por la muerte de Jesús, la comunidad experimentará que ese mundo está juzgado y que Dios está contra él. <<El jefe del orden este>> (12,31; 14,30) encarna el círculo dirigente, considerado como un todo único, con plena unanimidad de objetivos.
La comunidad se siente juzgada y condenada por <<el mundo>> (16,1-4), pero el testimonio del Espíritu la convence de que es ella la que puede juzgarlo, acusándolo de su pecado. Así, a pesar de la persecución que sufre, no se siente culpable ni se acobarda, tiene la certeza del Espíritu y siente el apoyo del Padre. Está en actitud activa frente al juicio del mundo. Jesús se le aparece como vida y el sistema como muerte.
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