<<Acordaos del dicho que yo mismo os cite: ´No es un siervo más que su señor´. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán>>.
Jesús repite la primera parte del proverbio que había citado con ocasión del lavado de los pies (13,16). Allí lo utilizó para inculcarles que amor significa servicio mutuo, a ejemplo suyo. Ahora, para mostrarles las consecuencias inevitables de ese proceder: suscitará la persecución, por ser la negación y denuncia del sistema.
Aparece por segunda vez el verbo <<perseguir>>. En 5,16 comenzaba la persecución a Jesús, cuyo motivo era su actividad liberadora frente a la Ley, instrumento de opresión en manos de los dirigentes (5,16 Lect.). Ahora anuncia Jesús a los suyos que ellos correrán su misma suerte. Las causas de la persecución han de ser las mismas: sus discípulos continuarán aquella actividad.
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