sábado, 27 de mayo de 2023

Jn 16,23b

 <<Sí, os lo aseguro: Si le pedís algo al Padre en unión conmigo, os lo dará>>.

Comienza esta perícopa con una declaración solemne: asegura Jesús a los discípulos de que tienen pleno acceso al Padre, cuya paternidad los abraza a ellos (ausencia del posesivo mi [Padre]. El acceso existe a través de él, es decir, en la unión con él. No es la de Jesús una mediación que distancie del Padre, sino, al contrario, lleva a los discípulos hasta él; no toma Jesús el lugar de ellos, como un intercesor que los represente; los unifica consigo y, en comunión con él, presentan sus peticiones al Padre.

La certeza con que afirma Jesús: os lo dará, muestra que dispone de la riqueza del Padre (16,15: Todo lo que tiene el Padre es mío; 3,35; 17,10); al mismo tiempo subraya la eficacia de la petición. El campo de ésta es ilimitado. Al poner como única condición que sea hecha en unión con él, su objeto ha de estar incluido en el ámbito de Jesús y, por tanto, en el de su amor y su obra, definida por él mismo: Yo he venido para que tengan vida y les rebose (10,10). Todo lo que contribuye a la vida del hombre, individual o comunitaria, y a la comunicación de esa vida a otros, puede ser objeto de petición.

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Jn 21,24-25

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