<<En esto se ha manifestado la gloria de mi Padre, en que hayáis comenzado a producir mucho fruto por haberos hecho discípulos míos>>.
La gloria, que es el amor del Padre, se manifiesta en la actividad de los discípulos, que siguen trabajando en favor del hombre (5,18). Esta constatación lo pone en el contexto de las comunidades posteriores.
Jesús habla en el seno de su comunidad, que está en medio del mundo, en forma de mensaje profético. El Espíritu está haciendo comprender a los discípulos (14,26). Este estilo profético aclara incluso el uso de los tiempos (se ha manifestado... hayáis comenzado a producir mucho fruto): es una experiencia del grupo en la misión.
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