Había también enviados del grupo fariseo.
Aparecen por primera vez los fariseos, que serán los acérrimos adversarios de Jesús a lo largo del evangelio. Es el grupo de los observantes y custodios de la Ley. Ya este hecho los define como adversarios de la luz-vida (1,4 Lect.); han absolutizado a Moisés (9,28), el mediador de la Ley (1,17), y se opondrán al amor y la lealtad que van a manifestarse en Jesús Mesías. Estos pertenecen a la humanidad antigua, a la que no reconoce la palabra-vida; es más, serán los más activos en el intento de extinguir la luz (1,5; 7,32.45ss; 11,47; 12,42).
La mención de los fariseos en este lugar, además de indicar quiénes son los principales enemigos de la actividad de Juan (4,1-3), muestra a quiénes se dirige en particular el anuncio del Mesías. Los fariseos no se contentan con la explicación negativa ni prestan oídos a la denuncia hecha por Juan. Éste había declarado responsables de la situación a los dirigentes, incluyendo en ellos a los fariseos (cf. 1,19: las autoridades judías). Ellos, sin embargo, no escuchan la voz de los profetas (8,52) ni hacen caso de la denuncia.
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