Todavía no ha llegado mi hora.
Por otra parte, la novedad radical que él trae está ligada a un momento futuro, <<su hora>> (7,30; 8,,20; 12,23.27; 17,1), que será la de su muerte (13,1: su hora, la de pasar de este mundo al Padre). Jesús estimula la esperanza, pero advierte que la realización no es inmediata.
Esta frase de Jesús pone el vino que implícitamente se le pide en conexión con <<su hora>>. Con esto, el vino adquiere inmediatamente un sentido simbólico. Un vino real, presente, urgente, no puede depender de un acontecimiento por venir.
El verdadero Israel ve la insuficiencia y la tristeza de la situación en que se encuentra y la expone al Mesías. Sabe que éste ha de inaugurar una época nueva, la del amor y el gozo, pero no conoce el momento ni la manera como va a llevar a cabo su misión. Jesús afirma su independencia respecto al pasado y declara que la nueva alianza no puede comenzar antes de tiempo. Pero el anuncio de la hora de Jesús ha hecho ver a la madre/Israel que la salvación no está lejana. De ahí su orden a los sirvientes; hay que estar preparados para cuando llegue el momento.
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