<<El siervo se llamaba Malco>>.
Jn informa al lector sobre el nombre del siervo. Malco, en arameo, significa rey. Después de la triste experiencia de los reyes intrusos (en Judea, los últimos habían sido Herodes el grande, muerto el año 4 a.C., y su hijo Arquelao, depuesto el año 6 d.C), la mentalidad popular consideraba más legítimo el poder religioso que el civil y deseaba que éste le estuviese sometido. Malco, por la representación que ostenta (el siervo del sumo sacerdote) y por su nombre (rey), es figura, por tanto, del sistema teocrático, del poder político en manos de la jerarquía sacerdotal.
Pedro quiere acabar con el régimen existente. Espera la lucha armada del Mesías contra la institución en bloque. Jesús, sin embargo, no acepta tal combate; el sacerdocio está ya caducado, como el templo mismo (2,17.19; 4,21) y el culto (4,24). Jesús va a enfrentarse con el sumo sacerdote, pero no con la fuerza; no es ésta el medio de vencer al sistema homicida (8,44). El machete de Pedro está en paralelo con las armas de los que van a detener a Jesús. Es tan partidario de la violencia como ellos (18,3). Uno y otros representan odio y muerte. Jesús va a vencer mostrando la gloria del Padre, su amor sin límite por los hombres; no procurando muerte, sino ofreciendo la vida (4,48 Lect.) y atrayendo así a todos hacia él (12,32). Él será el rey de Israel, pero de una manera que Pedro no comprende.
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