Dijo a los judíos: <<Mirad a vuestro rey>>.
Estas palabras, dirigidas a los representantes del pueblo, pueden ser pronunciadas por Pilato o por Jesús mismo, sujeto del verbo anterior (se sentó). Nueva ambigüedad pretendida por Jn. Existen dos planos: el narrativo y el teológico; en el primero, sería Pilato quien proclamase rey a Jesús; en el segundo, el más importante para el evangelista, es Jesús mismo quien se presenta como rey ante su pueblo. La misma ambigüedad de sujeto se encontraba en 19,5: Mirad al hombre, frase en paralelo con ésta. <<El Hombre>> es <<el Rey de los judíos>>.
Jesús, el rey Mesías, el ungido por Dios y enviado a su pueblo, debía cumplir la expectación secular y realizar la liberación definitiva; era la única esperanza para Israel. Tal es el rey ante el cual tienen que hacer su opción. Jesús muestra de nuevo el verdadero carácter de su realeza; despojado de todo atributo de poder, hace brillar el amor de Dios.
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