lunes, 3 de julio de 2023

Jn 18,18

 <<Se habían quedado allí los siervos y los guardias, que, como hacía frío, tenían encendidas unas brasas, y se calentaban. (Estaba también Pedro entre ellos, allí parado calentándose).

Pedro ha renunciado a ser discípulo, pero ante Jesús no cabe la indiferencia; romper con él significa pasarse al mundo enemigo, se apresado por él (6,17; 12,35). No hay zona intermedia entre la luz y las tinieblas, entre la libertad y la esclavitud. No cumplía la condición para ser amigo de Jesús (15,15; 18,10a Lect.) y se encuentra a hora en el grupo de los que sirven al Enemigo. No habiendo alcanzado la libertad, está entre los siervos; se mezcla con los agentes del jefe del mundo, los que fueron a prender a Jesús.

El frío, como la noche (13,30), la tiniebla (1,5; 12,35) y el invierno (10,22) son símbolos de muerte. A los faroles y antorchas que trataban de vencer la tiniebla (18,3) corresponden las brasas que intentan vencer el frío.

El paralelo entre las frases: También Judas, el que lo entregaba, estaba presente con ellos (18,5); Estaba también pedro con ellos, allí parado y calentándose, parece dar remate al paralelo establecido tres veces entre Judas y Pedro por el nombre <<Simón>> (6,68: la confesión de Simón Pedro, y 6,71: la identificación de Judas de Simón Iscariote, instrumento de la traición, y 13,6: Simón Pedro, que se negará a dejarse lavar los pies; 13,24: Simón Pedro investiga la identidad del traidor, y 13,26: Jesús da el trozo a Judas de Simón Iscariote, y Satanás entra en él). Aunque de manera diferente a la de Judas, Pedro, por su ideal de Mesías dominador, es también partidario de un sistema de poder, que pertenecería, como todos, <<al orden este>> (cf. 18,36).

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Jn 21,24-25

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