martes, 18 de julio de 2023

Jn 18,40

 Esta vez empezaron a dar gritos: <<A ése, no; a Barrabás>>. Y Barrabás era un bandido.

La respuesta de Pilato provoca la protesta clamorosa de las autoridades. No quieren la libertad de Jesús a ningún precio. El grito de Jesús había hecho salir a Lázaro del sepulcro (11,43); las multitudes habían aclamado a Jesús como Mesías salvador (12,13). Comienza ahora los gritos de los dirigentes, que acabarán pidiendo la cruz para Jesús. Al grito de vida y a los de esperanza oponen las autoridades sus gritos de odio y de muerte (18,40; 19,6.15).

Pilato no había propuesto alternativa. Son ellos los que mencionan a otro individuo, que, al ser presentado sin introducción alguna, muestra seles bien conocido. El nombre, Barrabás, que significa <<hijo del Padre>>, contiene sin duda una alusión a las controversias en el templo. Mientras los dirigentes pretendían tener por padre a Dios (8,41), Jesús denunció quién era su verdadero padre, el Enemigo homicida (<<el diablo>>, 8,44 Lect.). En lugar de Jesús, el Hijo de Dios, proponen como alternativa que sea puesto en libertad el hijo del diablo. Al dador de vida (10,10) prefieren el dador de muerte (homicida).

Así lo expresa Jn al identificar a Barrabás: era un bandido. Esta denominación, que significa violento y homicida, se usó también para designar a los zelotas. Jn, por su parte, la ha aplicado a los dirigentes, los explotadores del pueblo (10,1.8), equiparando así la violencia institucional a la de aquellos que combatían la institución.

<<Los judíos>> detentadores del poder consideran más peligrosa la libertad de Jesús, que rechaza la violencia, pero cuya vida y actividad es una denuncia de su opresión (7,7) y un descrédito de sus sistema (12,11), que la del violento que usa sus mismas armas. El sistema represivo (4,1-3; 5,16.18; 7,1.19.25.32.44; 8,37.40; 9,22.34; 10,33.39; 11,48.53; 12,10; 15,18-25; 16,2; 18,3.12) no tolera al que ofrece una alternativa de libertad. Con su elección manifiestan una vez más que su poder no es más que violencia.

No niegan que Jesús sea inocente; no aducen acusaciones que hagan rectificar el veredicto del juez. Su saña muestra la incompatibilidad entre el sistema que forman y Jesús. Se cumple el dicho escrito en su Ley: Me odiaron sin razón (cf. 15,25).

En este relato, Barrabás, el hijo del Enemigo/diablo, aparece como tipo de la violencia, encarnada como institución en el sistema judío. Por eso es éste y no Pilato quien propone su nombre. La opción real es entre la libertad de ellos, tipificados por Barrabás, y la de Jesús. Éste, con su actividad, no deja vivir a los opresores (10,24 Lect.). Para conservar su propia libertad de acción tienen que suprimirlo.

SÍNTESIS

La figura de Barrabás, el bandido, simboliza en esta perícopa la violencia, de la que es instrumento la institución judía. La libertad de Jesús la pone en peligro. Él es el rey que no se apoya en la fuerza y que viene a dar vida al hombre. El sistema opresor ve en eso su propia ruina y confirma su camino de violencia oponiéndose a que sea puesto en libertad.

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