Les contestó Pilato: <<Lleváoslo vosotros y crucificadlo, porque yo no encuentro cargo contra él>>.
Es la segunda vez que Pilato muestra el deseo de que se encarguen ellos de Jesús. La primera (18,31) los había invitado a juzgarlo; ahora les propone que lo crucifiquen ellos mismos. Como juez, vuelve a repetir la declaración de inocencia de Jesús. Quiere inhibirse del asunto, percibiendo la injusticia de todo el proceso. Muestra su exasperación al ver que, uno tras otro, sus intentos de compromiso son rechazados inexorablemente por la jerarquía sacerdotal.
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