jueves, 6 de julio de 2023

Jn 18,32

 <<Así tendría cumplimiento el dicho de Jesús, cuando indicaba con qué clase de muerte iba a morir>>.

Al rehusar las autoridades judías encargarse de la ejecución de Jesús, se hace posible el cumplimiento de su predicción sobre el modo de su muerte: levantado en alto (3,14; 8,28; 12,32s). Es con esa muerte, que será al mismo tiempo su exaltación, como él atraerá a todos hacia sí (12,32).

Se ve aquí la preocupación del evangelista por justificar la muerte de Jesús en cruz. Era una muerte fuera de las categorías legales judías e, incluso para los romanos, tan denigrante, que no podía condenarse a la cruz a un ciudadano romano.

La muerte en la cruz significaba por sí misma la exclusión tanto de la sociedad judía como de la romana. Aparece aquí otro elemento de ruptura con la tradición de Israel. El Mesías, que sale del territorio de Israel para fundar su comunidad (10,40-42), muere también fuera de Israel. Pero su muerte significa también el rechazo por parte del poder romano. Ninguna institución admite a este Mesías.

Para explicar esta muerte, Jn, en todo su evangelio, le da el significado de una exaltación; de ahí que vea en el Hombre levantado en alto, fuente de vida, el cumplimiento de un tipo del AT (3,14-15), y la demostración suprema del amor de Dios a la humanidad (3,16).

El hecho de que esta muerte haya de cumplir la predicción de Jesús pone de manifiesto su voluntariedad, que coloca a Jesús por encima de la disputa entre los poderes. Él es dueño de su vida para entregarla; nadie se la quita (10,18).

SÍNTESIS

La detención de Jesús se ha hecho con la complicidad de todos los poderes, de los cuales el más fuerte es el poder judío, representado por Anás. Sin embargo, a la hora de ejecutar la muerte ya acordada, cada una de las partes, el poder judío y el romano, quieren esquivar la responsabilidad directa. <<Los judíos>> pretenden que Pilato corrobore su decisión sin celebrar un juicio en regla. Pilato intenta devolver la causa a la jurisdicción judía. La Ley sirve para el juego de ambos, pero quedan victoriosos los dirigentes judíos, que afirman su supremacía.

La acusación genérica <<malhechor>>, aplicada a Jesús, encubre el verdadero motivo, que sólo aparecerá más tarde: la acusación de hacerse rey, implícita desde el principio. Se abre así el tema de la realeza de Jesús, que ocupará toda la secuencia.

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