Dijeron entonces a Pilato los sumos sacerdotes de los judíos: <<No dejes escrito: ´El rey de los judíos´, sino: ´Éste dijo: Soy rey de los judíos´>>.
Los sumos sacerdotes, que han optado por el César rechazando a Jesús como rey, no pueden tolerar que su decisión sea desmentida por el letrero ni que el mismo representante del emperador les eche en cara su traición. En la figura de Pilato es el paganismo el que acusa a los judíos de su infidelidad.
El texto opone dos denominaciones: los sumos sacerdotes de los judíos y el rey de los judíos. Los primeros no toleran el segundo título, que equivale al de Mesías. Es la institución religiosa como tal la que se hace rival del Mesías salvador y lo rechaza; ella, que se ha apoderado del pueblo, sobre el que ejerce el poder político y religioso. En el ámbito judío es ella <<el jefe del orden este>>, que ahora, frente al rey <<que no pertenece al orden este>> (18,36), el Hombre levantado en alto, se siente echado fuera (12,32); por eso quiere que Jesús aparezca como un impostor.
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