Le contestaron así: <<Si éste no fuese un malhechor, no te lo habríamos entregado>>.
Sólo para obtener la cesión final de Pilato pronunciarán <<los Judíos>> la acusación que traen contra Jesús (19,12: Todo el que se hace rey se declara contra el César). Toman a mal que Pilato les exija una acusación definida. Ellos, las autoridades supremas de Israel, no le pedirían que condenase a un inocente. No pretenden que juzgue a Jesús, sino que ratifique la decisión que ellos han tomado (11,53).
Califican a Jesús de <<malhechor>>. En la reunión del Consejo habían expresado su alarma diciendo: Este hombre realiza muchas señales (11,47), y de hecho, muchos de los suyos salían de su esfera de influencia y se pasaban a Jesús (12,11; cf. 12,19). Resumen ahora la actividad de Jesús calificándola de criminal. El sumo sacerdote lo interrogó sobre su doctrina (18,19), pero lo que realmente los inquieta es su actuación. Jesús se había remitido repetidamente a sus obras, hechas en favor del hombre (5,36), y ellos habían sido capaces de condenarlas (10,33). Para los dirigentes, sin embargo, dar fuerza y libertad al hombre es un crimen. Desde su situación de poder se arrogan la facultad de definir lo que es bueno y malo; establecen así una moral oficial al servicio de los intereses de su institución (11,50: os conviene).
El verbo <<entregar>> ha sido usado hasta ahora solamente de Judas (6,64.71; 12,4; 13,2.11.21; 18,2.5); la traición maquinada por éste es acabada por <<los Judíos>>. Aparece de nuevo la semejanza entre Judas y <<los Judíos>> (13,2 Lect.).
No hay comentarios:
Publicar un comentario