<<que sean todos uno, como tú, Padre, estás identificado conmigo y yo contigo>>.
Lo que Jesús desea y pide para su comunidad de toda época es la unidad, expresión y prueba del amor, presencia de la gloria (17,10), que se realiza cumpliendo su mandamiento (13,34). El modelo de esta unidad, que la eleva a la calidad de ideal, es la que existe entre el Padre y Jesús, basada en el conocimiento íntimo (10,14s; cf. 17,3) que da el amor (3,35; 10,17; 14,31; 15,10). Jesús señala de nuevo el distintivo de su comunidad, la novedad que representa en medio del mundo (13,34) y el modelo de su existencia.
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