<<Yo soy el modelo de pastor; conozco a las mías y las mías me conocen a mí, igual que el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre; por eso me entrego yo mismo por las ovejas>>.
Describe Jesús su relación con los suyos. Antes afirmaba un conocimiento personal de cada uno, a quien él llamaba por su nombre para sacarlo del recinto (10,4). Ahora declara que entre él y la comunidad como suma de individuos existe una relación personal de conocimiento profundo e íntimo. Por parte de la comunidad significa conocer a Jesús, que ha dado la vida por sus amigos y les ha comunicado el Espíritu, es decir, conocer su amor. Por eso la expresión conozco a las mías y las mías me conocen a mí indica la relación de amor entre Jesús y los suyos que crea la participación de su Espíritu (1,16).
Esta relación de conocimiento-amor es tan profunda que Jesús la compara a la que existe entre él y el Padre, basada también en la comunidad de Espíritu (1,32; 4,24). La misma realidad se describirá más adelante en términos de identificación entre los discípulos, Jesús y el Padre (14,20) o de unidad con Jesús y el Padre (17,21). La pertenencia a la comunidad de Jesús no es una afiliación externa, se basa en esa experiencia. En esto consiste precisamente la vida definitiva, en conocer personalmente al Padre y a su enviado Jesús Mesías (17,3 Lect.). Su conocimiento-amor a los suyos y al Padre lleva a Jesús a dar la vida por las ovejas.
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