<<A mí, en cambio, porque digo la verdad, no me creéis>>.
Ellos, que enseñan la mentira, se niegan a aceptar la verdad (8,40), porque demuestra la falsedad en que viven y que practican y denuncia sus verdaderos motivos. Esta frase está en paralelo implícito con 5,43: Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me aceptáis; si otro viniese en su propio nombre, a ése lo aceptaríais. Él dice la verdad precisamente porque no viene en su propio nombre ni busca su gloria (5,41). Jesús condena implícitamente la actitud de sus adversarios. Si él viniese buscando satisfacer su propia ambición y afirmándose a sí mismo, lo aceptarían; entonces diría la mentira, como ellos (8,53).
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