Los dirigentes le replicaron: <<¿No tienes todavía cincuenta años y has visto a Abrahán en persona?>>.
No entienden la alusión mesiánica de Jesús. Interpretan con sarcasmo su afirmación, como de un conocimiento personal e inmediato de Abrahán, y quieren mostrar su absurdo. A los cincuenta años termina la vida activa (Nm 4,3.39; 8,24s). Siendo aún un hombre joven, pretende haber sido contemporáneo de Abrahán. Jesús les había dicho que Abrahán había visto su día; ellos, en cambio, le preguntan si él ha visto a Abrahán. Con el cambio de perspectiva quieren subrayar la superioridad de Abrahán sobre Jesús.
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