y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón.
Como antes había andado por Galilea, la región de la libertad (7,1), se pasea ahora Jesús en el templo, el lugar donde lo quisieron apresar (7,30.32.44; 8,20). En él había denunciado el poder opresor (8,21-58) e intentaron apedrearlo (8,59). Es el reducto de sus enemigos, los que quieren darle muerte (7,1.19.25; 8,37.40). Jesús muestra su libertad paseándose públicamente.
La mención del pórtico pone esta escena en relación con la de la primera piscina (5,2: cinco pórticos). El templo es el lugar de los dirigentes, la piscina era su prolongación: el lugar del pueblo moribundo, oprimido por ellos por medio de la Ley (5,2 Lect.).
El pórtico de Salomón corría por la fachada oriental del gran patio exterior. La mención del nombre del rey, constructor del primer templo, recuerda la primera consagración o dedicación, que tuvo lugar precisamente en la fiesta de las Chozas. Nuevo vínculo entre ambas fiestas. Por otra parte, la mención de Salomón recuerda también su ascendencia, a su padre David, el Ungido (Mesías) del Señor (Sal 18,51; 132,17).
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