sábado, 27 de agosto de 2022

Jn 10,31

 Los dirigentes cogieron de nuevo piedras para apedrearlo.

Son los mismos dirigentes que ya una vez habían intentado apedrear a Jesús (8,59), porque no podían admitir que él fuera la realización del plan de Dios (8,58 Lect.). Son los que tienen por Padre al Enemigo, los mentirosos y homicidas (8,44). Como corresponde a lo que son, su reacción es la violencia y la muerte. En cuanto Jesús identifica su actuación con la del Padre, lo rechazan de plano, porque tal declaración los acusa de ser enemigos de Dios, de quien ellos se llaman representantes.

En el templo mismo, la antigua casa del Padre, ahora casa de negocios (2,14-16), quieren matar al enviado de Dios, al Hijo, nuevo santuario donde brilla la gloria (2,21). Ellos, que la han expulsado de su templo, no pueden tolerar su manifestación en Jesús. El Mesías es para ellos un enemigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Jn 21,24-25

  Jn 21,24a Jn 21,24b Jn 21,25