Añadió Jesús: <<Yo he venido a abrir un proceso contra el orden este>>.
La frase de Jesús anuncia el efecto de su venida. No es misión suya juzgar a la humanidad (3,17; 12,47), pero su presencia y su actividad denuncian el modo de obrar del <<mundo>> (7,7) y abren un proceso contra el orden opresor. El proceso está ya incoado, pues obliga a definirse; quienes estén por el hombre estarán de parte de Jesús, sus opresores se ponen en contra. Los fariseos y los dirigentes judíos han expulsado al ciego curado por no renegar de Jesús (9,34b). Éste, que había desafiado a los dirigentes a echarle en cara pecado alguno (8,46), acciones contra el bien del hombre, ahora va a echarles en cara su pecado, la explotación y opresión del pueblo. La mención de <<el orden este>> recoge la frase de 8,23b: vosotros pertenecéis a este orden, yo no pertenezco al orden este. Ese orden es incompatible con Jesús (17,14), lo odia (7,7) y quiere matarlo (7,1.19.25; 8,37.40). La actitud de los dirigentes es ya resultado del proceso que Jesús ha abierto. Su desenlace será la sentencia que ellos mismos se darán (12,48; cf. 3,19).
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