Le preguntaron otra vez al ciego: <<A ti te ha abierto los ojos ¿qué piensas tú de él?>>. El respondió: <<Es un profeta>>.
En esta división, acuden al hombre y le preguntan su parecer, como testigo de excepción. Lo expresa con toda sencillez: Jesús es un profeta. No ha descubierto toda la realidad de Jesús, pero para él es indiscutible que no está separado ni en contra de Dios; es un enviado suyo y actúa en su nombre. Es el mismo proceso de reconocimiento de Jesús que siguió la samaritana (4,19).
No hay comentarios:
Publicar un comentario