<<Mucho tengo que decir de vosotros y condenarlo, pero es digno de fe el que me mandó, y lo que yo digo contra el mundo es lo mismo que le he escuchado a él>>.
Como Mesías enviado por Dios, Jesús se encara con los dirigentes judíos y les expone la calidad de su acusación. Esta ya ha sido y va a ser grave, pero está avalada por Dios mismo, pues Jesús es perfectamente fiel a la misión recibida (5,30). Va a denunciar a la institución judía, a los que aparecen públicamente como los representantes de Dios. Ellos son <<el mundo>>, el orden injusto, los agentes de muerte. Jesús no da sentencia contra ellos (3,17), pero les expone crudamente la situación de injusticia que mantienen y las consecuencias a que lleva (8,21.23).
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