lunes, 1 de agosto de 2022

Jn 7,35-36

 Comentaron entre ellos los dirigentes judíos: <<¿Adónde querrá irse este, para que nosotros no podamos encontrarlo? ¿Querrá irse con los emigrados en países griegos para enseñar a los griegos? ¿Qué significa eso que ha dicho: ´Me buscaréis, pero no me encontraréis´ y ´Donde yo estoy, vosotros no sois capaces de venir´?>>.

Los hombres del régimen han oído las palabras de Jesús y las comentan. No las han entendido. Jesús ha mencionado al que lo envió (7,16. 28.33), pero ellos no se dan por enterados; no prestan la menor fe a su misión divina.

Sospechan que, en vista de la oposición en Jerusalén, querrá dedicarse a convertir paganos; en su patria no tiene porvenir; al contrario, se encuentra en peligro y querrá escapar yéndose al extranjero. No están seguros de su hipótesis, sin embargo; no acaban de entender lo que Jesús ha dicho. Jn repite en boca de ellos las frases de Jesús para subrayar la total incomprensión. La clara alusión a la Sabiduría les ha pasado inadvertida, no tienen conciencia de lo crítico de la situación; se encuentran seguros en la institución que dominan y que los apoya. La segunda frase: <<Donde yo estoy>>, les resulta también enigmática; no aceptan ni conocen a Jesús y no pueden entender que, de parte de Dios miso, esté ofreciendo la única alternativa a la ruina.

La alusión a los griegos es otra ironía del evangelista. <<Los griegos>> se presentarán efectivamente en 12,20 como las primicias de un fruto abundante (12,24), mientras se perfila el rechazo de <<los suyos>> (12,37ss).

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Jn 21,24-25

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