Al oír estas palabras, decían algunos de entre la gente: <<Ciertamente éste es el Profeta>>. Decían otros: <<Este es el Mesías>>.
Ante las palabras de Jesús la multitud reacciona, pero las opiniones divergen. Unos, como antes en Galilea (6,14), reconocen en Jesús al Profeta, según Dt 18,15.18; es decir, no ven en él novedad alguna (1,21b; 6,14 Lects.); no han entendido su declaración. Otros, en cambio, lo reconocen por Mesías; han comprendido las alusiones contenidas en ella.
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