<<Adonde yo me marcho, vosotros no sois capaces de venir>>.
Jesús sabe adónde va (8,14), a dar su vida para mostrar el amor del Padre; pero ellos no aceptarán nunca un Mesías crucificado. No están dispuestos a dar la vida por el pueblo (cf. 11,50), sino a quitársela (5,3 Lect.). Deberían saber marcharse con Jesús, pero no lo harán, porque eso significaría abandonar su posición, dejar de buscar la propia gloria (5,41.44; 7,18); Jesús propone un éxodo que los obligaría a salir de sí mismos y de todo lo que son.
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