<<mientras vosotros no sabéis de dónde vengo ni adónde me marcho>>.
Ellos no reconocen su origen ni entienden su destino. La frase que usa Jesús repite la que había dicho a Nicodemo acerca del Espíritu (3,8: no sabes de dónde viene ni adónde se marcha) y de todo el que ha nacido del Espíritu (ibíd.). Ellos están totalmente incapacitados para reconocer su voz, porque son ajenos al Espíritu de Dios. Por eso no pueden percibir lo que es Jesús.
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